
El color amarillo es considerado "el color de la mala suerte" en el mundo del teatro, por lo que es evitado a toda costa por los actores supersticiosos a la hora de una función. Su proscripción del mundo escénico se debe a la muerte del dramaturgo y actor francés Jean Baptise Poquelin, mejor conocido como Molière.

En el año 1673, Molière estrena una obra llamada "El Enfermo Imaginario" que trata de la historia de Argon (interpretado por Molière) un burgués que cree estar siempre enfermo. En plena respresentación de este burgués hipocondriaco, comenzó a sentirse descompuesto y horas después falleció. Durante la obra Molière llevaba puesto un vestuario amarillo. Es por eso que se considera que este color atrae la desgracia en el mundo del teatro.
Luego la fama de esta superstición fue acrecentada o se podría decir corroborada, cuando la representación publica de la obra de Oscar Wilde, "Salomé" donde predominaban los colores amarillos en los bocetos de escenografía, fue prohibida en Gran Bretaña.
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